Allá por 1970 yo me iniciaba en la Organización Dale Carnegie en que trabajo actualmente. Me encontraba en Santo Domingo, República Dominicana. Tenía obviamente muchas cosas que aprender y afortunadamente tenía un buen maestro, un hombre alto, fornido, entrado ya en años, llamado John Jones. Había nacido en Inglaterra y era veterano de la segunda guerra mundial. Como piloto había servido en la Royal Air Force y era uno de los sobrevivientes, sin herida alguna, de muchas misiones de guerra. Por aquellos azares del destino, vino a Cuba, en conde aprendió el español. Lo hablaba muy bien y además lo hacía en forma muy simpática por su acento típicamente cubano.
Era además un extraordinario director de los Cursos Dale Carnegie. Tenía un corazón más grande que él, y lo ponía en su forma de dirigir la organización. Fue mi primer jefe y trabajar a sus órdenes, un privilegio. Entre las cosas que aprendí de él hay una que destaca especialmente. Era sus Think and Thank Sessions, que traducidas al español sería Sesiones de Piense y Agradezca. ¿Cómo eran?
Reunía a todo el personal e incluso invitaba algunos amigos, Abría agradeciéndonos por estar presentes. Provocaba que nos conociéramos mejor con una rápida presentación de cada uno con su nombre (aunque ya nos conociéramos) y en pocas palabras mencionar algo por lo que deberíamos estar agradecidos. Después solía darnos una breve charla inspiradora con una experiencia propia por la que, a su vez, él estaba agradecido también. Nos hacía pensar con profundidad y finalizábamos con la sensación de haber retomado una perspectiva más correcta del significado de nuestro diario vivir.
Usted estará de acuerdo conmigo en que los seres humanos tendemos a concentrarnos en los aspectos más negativos de nuestra vida. Y no hablo de esa sana insatisfacción que se traduce en un espíritu de superación. No, me refiero a ese irracional impulso de concentrarse en los aspectos más negativos que existen en nuestro entorno y obsesionarnos con ello. Nuestra actitud será distinta si pensamos y agradecemos.
LO NEGATIVO: Usar solamente los lentes negativos que nos hagan ver solamente lo malo que ocurre.
LO POSITIVO: Tomar un momento para pensar y agradecer, mejorar así el significado del diario vivir.
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