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¿Terminará su milagro al nacer?

¿Ha sido usted alguna vez ganador? ¡Desde luego que sí!  Y por favor no mueva la cabeza, yo se que la respuesta es un enfático sí. Y la mejor prueba es que usted está ahí, leyendo estas palabras. ¿Cuándo fue ganador por última vez? Yo no lo sé. Lo que sí sé, y puedo asegurarlo, es cuando fue ganador por primera vez. Veámoslo de esta manera. La concepción humana es una verdadera competencia. Teóricamente, en lugar de usted, pudieron nacer decenas de otros seres humanos. Cuando ocurrió la fecundación del óvulo materno, al producirse ese momento mágico y maravilloso en que empezamos a tomar forma, todos fuimos unos ganadores. ¡Se había producido un verdadero milagro! Lord Herbert escribió “Quienquiera que considere el estudio de la anatomía, creo yo, jamás podrá ser ateo, la estructura del cuerpo humano y la coherencia de sus partes son tan extraordinarias y paradójicas, que yo lo considero el milagro más grande de la naturaleza.” Y este milagro ocurrió cuando nació usted y cuando nací yo. Mire a su alrededor. Cada persona con quien usted se cruza en las calles es un verdadero milagro, lo sepa o no. Pero si el llegar a la vida fue un milagro, el vivirla debería constituir la continuación del milagro. ¿Por qué entonces, tantos seres humanos sufren en lugar de disfrutar su existencia? ¿Será acaso que Dios lo dispuso así? En lo personal creo que no. ¿En qué me apoyo? En el hecho de que funcionamos mejor orgánica y psíquicamente cuando somos felices. Nuestros desarreglos, tanto físicos como mentales suelen venir como consecuencia de nuestros pensamientos negativos. Es la intolerancia, el pesimismo, la incomprensión, lo que acarrea consigo la enfermedad. El amor, la tolerancia con las deficiencias de los demás, la habilidad para sobreponernos a las preocupaciones y la tensión, son actitudes correctas que conducen a la salud y a la paz mental.

Lo más sensato, lo único sensato quizá, es aceptar el reto de vivir. ¿Cómo? Viviendo intensamente nuestra vida, estableciéndonos metas y trabajando para alcanzarlas. Junto con el privilegio de vivir, adquirimos el compromiso de hacerlo plenamente…  jamás a medias.

LO NEGATIVO: Permitir, por desconocimiento, que su milagro termine al nacer.

LO POSITIVO: Decidir, aquí y ahora, vivir intensamente nuestra vida, día a día.

Por favor, compártalo. GRACIAS.

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