fbpx

¿Cómo reconocer a sus falsos profetas?

¿Qué tal su sentido común?  Hagamos una prueba. ¿Trataría usted de cosechar café sembrando un árbol de manzanas? Sé la respuesta, ni siquiera se tomará la molestia de contestarla. Y sin embargo, hace ya unos dos mil años, se nos advirtió contra estos errores de juicio. Cristo nos dijo: “¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?”  ¿Por qué nos habló sobre algo tan evidente? Porque quería ilustrar un punto clave: Que deberíamos cuidarnos de los “falsos profetas”, y nos dio la manera de reconocerlos: “Por sus frutos los conoceréis”. Cristo nos habló, por una parte, de quienes nos predican algo, pero ellos mismos actúan diferente. No me refiero a éstos. Creo que Jesús también se refirió a esos “falsos profetas” que llevamos en nuestro interior. Más difíciles de reconocer, pero a la larga nos causan aún más daño que los otros. Los psicólogos nos dicen que nuestra vida interior está llena de conversaciones silenciosas con nosotros mismos. En estos diálogos internos solemos repetirnos frases como: “No tengo fuerza de voluntad”, “Todo me sale mal”, etc.

James E. Gibson nos dice que al repetirlas incesantemente, se convierten en “profecías de auto cumplimiento” porque nos inducen a actuar de tal manera que acabamos convirtiéndolas en realidad y afectarán profundamente nuestra forma de sentirnos y nuestra conducta. Lo sé, porque en los Cursos Dale Carnegie hemos ayudado a miles a atrapar a esos “falsos profetas” e impedir que sigan gobernando sus vidas. ¿Cómo podría usted reconocerlos? Vigile sus emociones. Cuando sienta una sensación de temor, de pena de sí mismo, trate de recordar el mensaje que se ha estado dando. Pronto identificará modelos de pensamiento negativo que tienden a repetirse, entonces utilice la prueba de los frutos. ¿Podrá acaso cosechar confianza y seguridad sembrando dudas al repetirse incesantemente que es usted un inepto, un fracasado? El simple sentido común debe indicarnos que no sólo son voces erradas, sino que son altamente perjudiciales si las tomamos como verdaderas.

LO NEGATIVO: Dejar que nuestros pensamientos negativos, esos “falsos profetas” gobiernen nuestra vida.

LO POSITIVO: Tomar control de nuestra forma de pensar. Y sorprendernos de la rapidez y facilidad con que nuestra vida experimentará una notable mejoría.

Enviar una opinión sobre este artículo

Ir al Inicio

Gracias por Compartirlo con personas que usted aprecia: