POSITIVO Y NEGATIVO. Dos Formas de Encarar la Vida
por Emilio Santamaría S.
Si usted vio la película “The Milagro Beanfield War” seguramente recordará que inicia con una vista panorámica de un estéril desierto. La tierra luce reseca y cuarteada, barrida por el viento y recalentada por el sol. Hábilmente el director dirige la cámara hacia una casita miserable. En su interior descubre a un anciano aún dormido, que despierta, desperezándose. Se levanta del camastro y se dirige al espejo colgado en la pared. Mira su arrugado rostro y pronuncia entonces las primeras palabras del film: “Gracias Señor, por permitirme despertar y ver otro día”.
Monseñor Fulton J. Sheen, quien fuera Arzobispo de Chicago, comentaba en una de sus charlas radiofónicas una encuesta realizada a unas 40,000 personas que tenían más de 100 años. Seguían una diversidad de dietas. Algunos realizaban algún ejercicio, otros eran totalmente sedentarios. ¿Tenían algo en común? Sí, todos seguían interesados en la vida. Mantenían sus mentes ocupadas en aquello que los rodeaba. Reían y lloraban, decían tonterías, pero en lugar de lamentarse de que les quedara poco tiempo, disfrutaban el despertar y ver otro día.
Mi padre murió cuando tenía casi 98 años. Y el recuerdo más claro que tengo de sus últimos días es su interés por lo que ocurría a su alrededor. En mis visitas a la Ciudad de México, donde vivía, me sentaba con él a platicar por horas. Me preguntaba mis planes para el futuro. Se interesaba en mis hijos y lo que hacían y hasta en la posición de los equipos del futbol español después de los partidos de la semana.
Fue ese interés por la vida el que mantuvo a mi padre lúcido en sus últimos años. El que hizo al anciano de la película exclamar “Gracias Señor, por permitirme despertar y ver otro día”. El que permite a esas 40,000 personas, dispersas por el mundo, alcanzar los 100 ó más años de edad.
Dale Carnegie nos dice en su libro “Cómo Ganar Amigos e Influir sobre las Personas” que, si nos interesamos sinceramente por los demás, no solo viviremos probablemente más, sino que haremos también más felices esos años.
LO NEGATIVO:
Vivir a medias, quizá esperando que el mundo se interese en nosotros.
LO POSITIVO:
Interesarnos en todo. Viviendo así una vida más interesante, y quizá más larga.