POSITIVO Y NEGATIVO. Dos Formas de Encarar la Vida:
por Emilio Santamaría S.
De todo el decálogo, el mandamiento que Rigoberto prefería era aquel que manda descansar el “día de reposo”. Para él, había una gran sabiduría en toda la ley de Dios. Pero indiscutiblemente aquel precepto era su favorito. Tenía razones para ello, en realidad, trabajaba literalmente con un ojo puesto en el reloj y otro en el calendario. En el reloj para esperar la hora de salida y en el calendario, para descubrir los días que por una u otra razón no se trabaja.
Un domingo estaba reunido con un grupo de amigos en la iglesia. Era temprano, así que charlaban de todo un poco. El tema recayó sobre el día de reposo. Como se hablaba de que era opcional trabajar ese día. Rigoberto entró en la discusión esgrimiendo su evidencia favorita. Biblia en mano buscó con destreza el libro de Éxodo, y leyó con deleite el cuarto mandamiento: “Más el séptimo día es de reposo para tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo”.
Fue entonces cuando saltó Carlos, el hombre callado, pero siempre eficaz en sus comentarios: “Esa es sólo la mitad del mandamiento, léelo completo, por favor”. Rigoberto buscó nuevamente el texto, y leyó el párrafo anterior: “Seis días trabajarás y harás toda tu obra, más el séptimo es día de reposo…”
“¿Comprendes?” le dijo Carlos. Y añadió: “Descansar es la mitad del mandamiento, pero la otra es trabajar, y es más, hacer toda tu obra. ¿Por qué hemos de escoger solamente la parte del mandamiento que creemos que nos conviene? ¿Por qué basarnos en la mitad del mandamiento y hacer un trabajo a medias, displicentemente?” Si le preguntamos a los expertos, le dirán que es falta de motivación en el logro del trabajo. En otras palabras, no encuentra razones para disfrutarlo, lo ven solamente como un mal necesario.
“Feliz aquel que hace el trabajo que le gusta” nos dice un proverbio persa. Si lo piensa bien, usted tiene dos caminos para ello. Consiga un trabajo que le guste hacer, o haga que le guste el que ya tiene. En todo caso es la otra mitad del mandamiento.
LO NEGATIVO:
Ver el trabajo solamente como un mal necesario. Y sufrirlo.
LO POSITIVO:
Pensar en el trabajo como fuente de satisfacción y riqueza. Agradecer a Dios por la sabiduría de “la otra mitad del mandamiento”.
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