POSITIVO Y NEGATIVO. Dos Formas de Encarar la Vida
–por Emilio Santamaría S.
Me refiero a la energía humana, aquella que es el combustible que nuestro cuerpo necesita diariamente. Cuando nuestro estómago procesa lo que comemos se descomponen en otro tipo de azúcar, que los expertos en nutrición nos dicen que es precisamente el combustible que produce nuestra actividad diaria. Así, somos un generador que convierte azucares y oxígeno en ese empuje vital tan necesario. Desde luego la efectividad con que los humanos lo utilizamos varía mucho. Por ejemplo, Jonás Salk lo usó para crear la vacuna contra la polio. Lionel Messi para marcar goles para su equipo. La Madre Teresa utilizó su energía en ayudar a los más necesitados. Un padre responsable en atención a su familia, a su esposa e hijos.
Pero hay también alguna gente buena que utiliza esa energía en preocuparse, en temer, en rumiar agravios reales o imaginarios, en mirar hacia atrás culpándose por lo que hicieron, o por lo que dejaron de hacer. Dale Carnegie escribió el Libro “How to Stop Worrying and Start Living”, que se tradujo al español “Cómo Suprimir las Preocupaciones y Disfrutar más de la Vida”. En este libro Carnegie nos da 30 principios para ello. Yo lo he visto en acción, con gran efectividad.
¿Cómo manejamos nuestra energía diariamente? Porque de esto dependerá nuestro futuro inmediato. Hoy rodeados de tecnología, hay miles de personas adictas al celular, ese maravilloso aparato que ha evolucionado tan rápidamente, además de servirnos para comunicarnos hace mil y una funciones más. Conozco a un amigo que pasa pegado a su celular hasta altas horas de la noche. ¡Y presume de ello!
Recuerde, generamos energía que se convierte en pensamientos, en acciones. Cómo la usamos es, exclusivamente, nuestra responsabilidad. Un malvado informático la utilizará para introducir en Internet creaciones destructoras. Afortunadamente, una mayoría utiliza Internet para comunicarse, enseñar y aprender. ¿La diferencia? El diferente uso que damos a esa energía diariamente.
LO NEGATIVO:
Ignorar el hecho de que llegará el día en que la energía cesará. Entre tanto malgastarla.
LO POSITIVO:
Darnos cuenta de que somos productores de energía, utilizarla sabiamente.
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