POSITIVO Y NEGATIVO. Dos Formas de Encarar la Vida
por Emilio Santamaría S.
Un niño trabajaba en una fábrica en Nápoles, Italia. En esa época se ocupaba la barata mano de obra infantil, sin remordimientos. Pero él anhelaba ser cantor. Su primer maestro lo desalentó. Le dijo que nunca llegaría lejos en esa profesión. No tenía voz. Según aquel profesor, el niño tenía “el sonido del viento en las persianas”.
Sin embargo, su madre que era una pobre campesina, lo alentaba. ¡Claro que cantaría! Lo hacía bien, según ella. Lo impulsaba a practicar, anduvo descalza mucho tiempo para poder pagar sus lecciones de música. Sus palabras de aliento cambiaron la vida de aquel muchacho. Dale Carnegie en su libro “Cómo Ganar Amigos” dice al contar la historia: “Quizá usted haya oído hablar de él. Se llamaba Enrico Caruso”.
Abraham Lincoln señaló que: “casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”. Y esto se aplica también para la forma en que nosotros mismos nos valoramos: “Casi todas las personas son tan valiosas como se deciden a serlo”. ¿Cree usted que exagero? Veamos lo que lo nos dice William James, el padre de la psicología moderna: “En comparación con lo que deberíamos ser, solo estamos despiertos a medias. Solo utilizamos una parte muy pequeña de nuestros recursos físicos y mentales.
En términos generales, el individuo vive así muy dentro de su propio límite. Posee diversos poderes que habitualmente no utiliza. Comparar lo que hace, con lo que realmente puede hacer, es como comparar las olas de la superficie del océano con su enorme profundidad”.
Usted dirá “todo eso suena bien, pero ¿qué hago para desarrollar ese potencial latente?”. Permítame darle algunas sugerencias: 1) No se subestime jamás. Piense en que realmente usted es muy valioso. 2) Reflexione para descubrir cuales son sus habilidades especiales. 3) Piense y hable de usted con estimación. Niéguese a subvalorarse en sus conversaciones. 4) Lea escritos inspiradores, escuche YouTube de motivación. 5) Descubra nuevos horizontes en entrenamientos, como por ejemplo Dale Carnegie.
LO NEGATIVO:
Pensar y actuar como gente poco valiosa.
LO POSITIVO:
Tener presente que, al ser creados por Dios, somos valiosos y tenemos la obligación de actuar en consecuencia.
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