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¿Cuánto quiere llegar a valer?

Hace muchos años un niño trabajaba en una fábrica en Nápoles, Italia. En esa época se ocupaba la barata mano de obra infantil, sin remordimientos. Pero él anhelaba ser cantor. Su primer maestro lo desalentó. Le dijo que nunca llegaría lejos en esa profesión. No tenía voz. Según aquel profesor, el niño tenía “el sonido del viento en las persianas”. Sin embargo, su madre que era una pobre campesina, lo alentaba. ¡Claro que cantaría! Lo hacía bien, según ella. Lo impulsaba a practicar, se sacrificó por él; anduvo descalza mucho tiempo para poder pagar sus lecciones de música. La fé que ella tenía en aquel muchacho, sus palabras de aliento cambiaron su vida. Dale Carnegie en su libro “Cómo Ganar Amigos” dice al contar la historia; “quizá usted haya oído hablar de él. Se llamaba Enrico Caruso, quizá el más famoso cantante en la historia de la ópera”.

Abraham Lincoln señaló que: “casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”. Y esto se aplica también para el valor: “Casi todas las personas son tan valiosas como se deciden a serlo”. ¿Cree usted que exagero? Vea lo que William James, el padre de la psicología moderna, nos dice: “En comparación con lo que deberíamos ser, solo estamos despiertos a medias. Solo utilizamos una parte muy pequeña de nuestros recursos físicos y mentales. En términos generales, el individuo vive así muy dentro de su límite. Posee diversos poderes que habitualmente no utiliza. Comparar lo que hace, con lo que puede hacer, es como comparar las olas de la superficie del mar con su enorme profundidad”.

Usted dirá “todo eso suena bien, ¿qué hago pues para desarrollar ese potencial latente?”. Permítame darle algunas sugerencias: 1) Lea libros inspiradores, escuche mensajes grabados motivacionales, 2) Cultive sus habilidades por medio de entrenamientos, cursos, seminarios. 3) No se subestime jamás. Piense que realmente usted es muy valioso. 4) Reflexione para descubrir cuales son sus habilidades especiales. 5) Piense y hable de usted con estimación. Niéguese a subvalorarse en sus conversaciones.

LO NEGATIVO: Valorarnos en poco. Pensar y actuar como gente poco valiosa.

LO POSITIVO: Pensar que, al ser creados por Dios a su imagen y semejanza, somos valiosos…  y que tenemos la obligación de actuar en consecuencia.

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