POSITIVO Y NEGATIVO. Dos Formas de Encarar la Vida
por Emilio Santamaría S.
Klaus D. Heil, eminente psicólogo, que dirigió en Alemania el Schoenberger Institute, escribió un fascinante libro titulado “Angst Oberwinden”, traducido al español como “Vencer el Miedo”. En él nos dice que el miedo sensato, protege. Parece ser que Dios nos dotó con una especie de alarma que nos avisa del peligro, por ejemplo, a los animales salvajes. Sin estas naturales reacciones de miedo nos pondríamos en el peligro de ser destruidos.
También nos dice que cuando ciertos miedos aumentan, aumenta también al principio nuestra alerta y eficacia. Por ejemplo, cuando alguien tiene que hablar en público, la sensación de nervios que siente al principio está allí para ayudarle, no para perjudicarle. Yo que he enseñado oratoria práctica por muchos años ya, sé que el problema al hablar en público está en los dos extremos del miedo. O en sentirlo tan poco que no nos alerte. O en sentirlo tanto que nos cause pánico. Ambos casos se corrigen fácilmente con el entrenamiento adecuado.
Cuando estuve en Acapulco en la Convención de Ventas de Volkswagen de México, conocí a una persona que tenía que hablar justamente antes que yo. Me dijo que estaba “fresco como una lechuga”. Cuando pasó al frente me di cuenta que estaba también inspirado como una lechuga. Fue lamentable su participación. El público se aburrió atrozmente, y lo demostró con bostezos y cabeceos. Evidentemente no se había preparado y su poco temor lo había traicionado.
Por otro lado, he conocido personas a quien el miedo escénico le hizo traicionarse a sí mismas. Sé de uno al que en una reunión de su empresa se le fue la voz por completo. ¿Se puede imaginar situación más frustrante? El temor le cerró la boca cuando más necesitaba hablar.
Es evidente que Dios nos creó con miedos verdaderos para alertarnos ante los peligros. Nosotros nos creamos miedos falsos y los dejamos crecer hasta que acaban traicionándonos. Usted y yo haremos muy bien en definir cuáles son esos temores y hacer algo para desplazarlos de nuestra vida.
LO NEGATIVO:
Vivir presa de miedos falsos, que al crecer acabaran siempre por traicionarnos.
LO POSITIVO:
Analizar nuestros temores, aceptar aquellos que nos ayuden y eliminar los falsos que nos perjudiquen.
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